El parkour te brinda confianza para superar cualquier obstáculo que se presente por duro que este sea. Miguel A. Ruíz tiene 19 años y forma parte de Traceur Project, aquí os dejamos una breve entrevista.
¿Cuándo y cuál fue el motivo de que empezarás a practicar parkour?
Mi primer contacto con el parkour fue aproximadamente cuando tenía 14 años gracias a mi primo Eduardo Prado. Él me mostró un video de David Belle y me invitó a un entrenamiento. Me quedé fascinado al ver cómo las personas que salían en esos videos se movían de una forma que nunca había visto. Como en ese momento era un niño, me imaginaba que sería genial saltar como un súper héroe.
¿Cómo empezaste dentro del parkour?
Mi historia comenzó cuando tenía 14 años. Junto a la familia me fui a Guadalajara (México) a la graduación de mi prima. Allí Eduardo me invitó a un entrenamiento con un grupo de parkour que se llamaba Parkour GMX; con eso me bastó para quedar fascinado con la actividad.
Cuando regresé al Distrito Federal decidí entrenarme en parkour como hobby, por lo que empecé a asistir a clases impartidas por Monos Urbanos. Durante mi estancia en Monos Urbanos conocí a muchas personas que se convirtieron en muy buenos amigos, muchos de los cuales fundaron y forman parte de lo que ahora es Traceur Project. Sin embargo, junto a otro grupo de amigos decidimos entrenar por nuestra cuenta con el fin de explorar nuevos lugares para practicar. El nuevo grupo se hizo llamar Eku´daana (del Mixtecosalto) y, a lo largo de este proceso nos dimos cuenta que México estaba lleno de personas que practicaban esta actividad. Con cada persona nueva conocíamos una forma distinta de entrenar, de convivir y de ver el parkour.
Conforme fui creciendo me di cuenta que no solo se trataba de saltar, se trataba de “ser fuerte para ser útil”; se trataba de aprender a desarrollar el cuerpo como una herramienta y una extensión de la imaginación. Una vez que cumplí 17 años dejó de ser un simple hobby y paso a ser una actividad recurrente en mí día a día.
Poco a poco, por razones laborales o escolares el grupo se fue reduciendo. A los 17 años entre en la Universidad, y por la distancia de mi casa a la escuela fue necesario mudarme y empezar a vivir solo, por ello deje de entrenar durante aproximadamente un año. Regresé al parkour de manera gradual. En este proceso comencé a entrenar con mi viejo amigo Armand Álvarez (otro de nuestros protagonistas de Traceur Project), y poco a poco fui acercándome más y más a Traceur Project, hasta empezar a formar parte de este equipo y de la familia que se ha formado.
Actualmente estudio ingeniería mecatrónica en la UNAM, mantengo una beca y formo parte del equipo de trabajo de Traceur Project apoyando con talleres e impartiendo clases. Cada día busco trasmitirle un poco de mi forma de ver la vida a las personas que me rodean.
¿Cómo ha sido tu experiencia dentro de Traceur Project?
Antes de entrar a Traceur Project ya había tenido contacto con cada uno de los integrantes. Desde que asistía a Monos Urbanos algunos de ellos fueron mis maestros y mis amigos, a otros los fui conociendo a lo largo de los entrenamientos. Comparto con ellos su forma de ver el parkour, ya no sólo como la actividad y/o la “filosofía” que
Conlleva, sino, también como una forma de aprendizaje constante ya sea físico y mental, en el que los únicos límites son tu constancia para llevar un buen entrenamiento y tu imaginación.
Por otro lado, dentro del equipo he tenido la oportunidad de forjar las mejores amistades hasta el punto de llegar a considerarlos como una nueva familia; además, cada día aprendo más y más, no solo de ellos sino de los alumnos.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde que empezaste a practicar parkour?
Desde muy pequeño yo he sido una persona muy introvertida, miedosa, callada y poco paciente. El parkour me ayudó poco a poco a ser una persona más abierta con los demás. Sigo teniendo miedos, pero ahora soy capaz de analizarlos, controlarlos y enfrentarlos. He aprendido que los logros no llegan de la noche a la mañana, que hace falta la paciencia, perseverancia y una constante disciplina. Además, me ayudó a encontrar a personas que ahora no son sólo mis amigos, sino mis hermanos y hermanas.
¿Cómo te ves en unos años, cómo es tu vida dentro del parkour?
Sin duda el parkour seguirá siendo una pieza fundamental en mi vida, no sólo como una forma de aprendizaje, sino también como una forma de enseñarles a las personas que me rodean, el modo en el que una actividad física puede ayudar a desarrollar todas las capacidades. El parkour te brinda confianza para superar cualquier obstáculo que se presente por duro que este sea.
Visita su WEB: www.traceurproject.com